La cultura de las celebridades, los libros, las comedias románticas y las canciones de amor siempre han hablado de la idea de que hay una persona para nosotros en exclusiva, solo tenemos que buscarla con ahínco. Gracias a todo ello, hemos crecido pensando que hay una persona perfecta con la que estamos destinados a estar. El concepto de un alma gemela aparece en muchas películas románticas. Lo hemos visto en Love Actually, en la cual Sam se apresuró a atravesar el aeropuerto para alcanzar a Joanna antes de que se subiera a su avión. También lo vimos en Tienes un e-mail, en la que los personajes de Meg Ryan y Tom Hanks se conocían de casualidad después de haber intercambiado cartas por un tiempo. Tiene sentido que las películas sean así de dramáticas y suceda todo tan rápido, de otro modo serían aburridas. Pero en la vida real, creer en la persona “idónea para mí” puede hacer más mal que bien y hacer de freno a la hora de disfrutar del dating. A continuación, ponemos patas arriba algunos de los clichés sobre el amor y el romance.
Almas gemelas
Bueno, pues resulta que la idea de las almas gemelas surge de la mitología griega. En El banquete, Platón nos cuenta que los humanos fueron originalmente creados con cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras, y explica: “Temiendo su poder, Zeus los dividió en dos partes separadas, condenándolos a pasar sus vidas en busca de sus otras mitades.” En la vida real, con más de 7.000 millones de personas en el mundo, encontrar a nuestra alma gemela parece algo tan poco probable como encontrar una aguja en un pajar. Las palabras “alma gemela” insinúan que cuando conozcamos a esa persona, todo vendrá rodado, y no es cierto. Creer en algo así podría ser bonito de imaginar, pero no deja lugar para el conflicto, para la vida y sus circunstancias, lo que es parte natural de cualquier relación. Las relaciones son complicadas, llevan trabajo, mucha comunicación y a menudo conllevan discusiones sobre a quién le toca lavar los platos.
Media naranja
La frase “media naranja” implica que no somos una unidad completa hasta que conozcamos a alguien más, lo que tampoco es cierto.Todos somos únicos, con defectos, fabulosos y humanos completos, estemos en una relación o no. La “media naranja” sugiere que aquellos que no tenemos pareja estamos esperando por alguien que nos señale en el escaparate y se quede con nosotros, pero... ¿qué pasa cuando pasamos por una ruptura? ¿Medio cuerpo se nos derrite cual helado en verano? Va a ser que no.
“La única” persona
Lo entendemos: creer que nuestra pareja es la “única” con la que estamos destinados a estar es romántico. El problema es que el concepto de estar destinados a pasar nuestra vida con esa “única” persona significa que podríamos no dar la oportunidad a personas con las que podríamos hacer buena pareja al estar demasiado ocupados buscando un ideal nada realista. En la era digital, con acceso a apps de dating y con más maneras de conectar con gente que nunca, cada vez tenemos menos interés en conocer, salir y quedarnos con la primera persona que nos guste. ¡Y no es siempre mala cosa! Las citas son geniales porque nos aportan información sobre lo que necesitamos de una relación, el tipo de persona con la que conectamos mejor y cuáles son nuestras líneas rojas. Solo porque una cita no haya salido bien, no significa que no haya valido la pena. Aprendemos algo de cada experiencia, incluso si es descubrir que no soportamos a la gente que mastica con la boca abierta.
El amor de tu vida
A pesar de lo que esta frase quiere decir, a lo largo de nuestra vida vamos a experimentar muchos tipos diferentes de amor. Algunos de nosotros nos enamoraremos de una persona y de nadie más. Otros nos enamoraremos de diferentes personas a lo largo de los años. También los habrá que descubran que las relaciones platónicas son las que más felicidad les aportan. Presionarnos a nosotros mismos para encontrar el “amor de nuestra vida” es un estrés innecesario y, para ser honestos, no tenemos necesidad ninguna de más estrés. Prestar atención a lo que y a quién nos hace feliz, es bastante más importante.
Todas estas palabras y frases sugieren que en el amor solo tenemos una oportunidad de hacerlo bien. Pero la vida no es como una película: no siempre habrá una persona buscándonos por el aeropuerto o apareciendo en medio de nuestra boda para declarar su amor. No tenemos que pasar nuestra vida buscando a una única persona que esté preparada para navegar cara el horizonte con nosotros. Las relaciones son complicadas e implican dedicación por todas las partes. Cuando una se acaba, no quiere decir que vayamos a estar solos para siempre. Todavía podemos tener citas realmente divertidas y disfrutar de distintas experiencias con gente nueva. Quitémonos de encima la presión de encontrar a la persona indicada y centrémonos en la gente que conocemos por el camino.