Escrito por Quan Zhou Wu
¿Os ha pasado alguna vez que os habéis pegado un atracón de algo que os gustaba mucho, os sentó mal y después ya no podéis ver dicha comida en una temporada? Hace unas cuantas navidades me comí tantas gambas de golpe, que las vomité todas y estuve años sin poder verlas. Pero esto no va de gambas, va de personas y de dating, de cuando las flamantes nuevas citas se han convertido en rutina.
Creo que inevitablemente quienes pasamos por la fase super single, nos damos un “atracón de citas” (sí, sí, esa fase en la que damos likes a diestro y siniestro, tenemos conversaciones con no sé cuanta gente a la vez, y en la que tenemos citas a cascoporro cada semana), y después nos quedamos un poco: “Me lo estoy pasando superbién, pero…” o incluso no llegar ni al bien porque tienes rachas de citas “meh”. ¿Se nos indigestaron las citas?.
¡Oh! Las citas son tu nueva rutina
Esa “indigestión” de nuestras citas puede ser porque:
- Las citas suelen parecer un poco repetitivas (cañas, conversaciones, yo, yo, yo…)
- Las conversaciones suelen empezar igual (e incluso, haces las mismas bromas, si total tu flamante nueva cita no las ha escuchado. Todavía.)
- Mismos sitios (porque cuando tienes muchas citas, es difícil currarse un sitio nuevo cada vez)
- El sexo las primeras veces… bueno, pues jeje (pero ya se sabe que cuanto más lo haces con alguien, más “ah ah”)
- Bueno, esta persona está bien… “pero” (otra vez ese “pero”)
- …etc.
Yo llamo a esto la “balsa del dating estable” como el lago de la relación estable pero al revés, porque lo excitante y lo nuevo de las citas se ha vuelto rutina. Conoces gente y gente, y a la vez, sinceramente, conoces más bien poco, porque quien mucho abarca, poco aprieta, y para conocer a otra persona se necesitan dos ingredientes indispensables: uno, tiempo, y dos, ganas. Tú empiezas a no acordarte de sus nombres, tus amistades les ponen motes (la cabra, numeritos, chef…) porque no llevan la cuenta tampoco, y tú dices, pues llamo a todas mis citas igual y así no tengo miedo de equivocarme de nombre. Y sí, estrategias muchas, y quizás inviertes mucho tiempo en deslizar y en hablar con mucha gente, pero… ¿y las ganas?. ¿Te has encontrado arreglándote sin motivación? ¿Yendo a la cita porque no tenías otro plan? ¿Cancelando en el último momento porque… es que se ha puesto a llover y prefiero quedarme en casa con el gato? Bueno, si quedamos a dos calles de mi casa sí, pero a dos paradas de metro, pues mira, mejor otro día, otra semana u otro siglo.
¿Qué está pasando?
¿Qué pasa? ¿Es la cima del dating? ¿No hay más a partir de aquí? ¿Se acabaron las cosquillitas en el estómago y la diversión? ¿Es que el mercado está fatal y ya no hay nada que pescar?. NOPE, no es así my dear. Igual estás pasando por una situación emocional de la que quizás no seas del todo consciente.
La psicóloga En Wai Zhou de Renova psicología, dice que las personas tenemos mecanismos de defensa emocionales, uno de ellos es desconectarnos de sentimientos y emociones para no sufrir. Suele pasar, por ejemplo, en situaciones dolorosas o de traumas entre otras muchas. Pero claro, en esa desconexión, también nos perdemos vivir con intensidad lo bueno. Y es que conectar, pero conectar de verdad, con otras personas está en nuestro ADN, somos animales sociales y afectivos.
En estos casos de atracones de citas “Como he tenido 290 citas meh, voy a tener otras 290 para ver si son buenas”, quizás no sea la mejor idea. Repetir patrones, si quieres algo distinto, no es lógico. Quizás es mejor idea empezar a ser conscientes de nuestra situación emocional.
¿Y entonces? ¿Qué hacemos?
Una amiga hace tiempo me dijo que cuando tenemos sexo, muchas veces no es sexo. Unas veces el sexo sígnica poder, otras rabia, otras tristeza…
En estos momentos preguntarnos y contestarnos con sinceridad, puede ser una gran pista para saber qué está pasando en nuestro sistema interno, aunque puede que las respuestas no nos gusten:
-¿Qué quiero con todas estas citas? ¿Cuál es el objetivo?
Si la respuesta no es conocer abiertamente a la otra persona, igual deberíamos parar un momento para reflexionar y pensar, y hacernos conscientes de nuestra situación emocional.
-¿Las citas significan olvidar a otra persona? ¿Que me aburro en casa? ¿Que mi trabajo no me gusta? ¿Que necesito que me suban la autoestima y sentir que me desean? ¿Que tengo adicción al sexo? (Que por poder…puede) y un largo etcétera.
Realmente nadie va a llenar por ti lo que tienes que llenar tú, y esperar que alguien más lo haga, si ni siquiera tú sabes lo que te pasa, no es muy realista ni tampoco justo para la otra persona. Las personas son personas. No son psicoanalistas ni nuestro juguete sexual ni nuestra vía de escape. Y el relacionarnos deshumanizándonos da como resultado unas citas vacías y un dating un poco hostil (Y lo dice una que era fan de hacer ghosting, ya estoy reformada y no lo hago XD) donde, muchas veces, podemos herir a la gente injustamente. Nadie llega a este mundo a cumplir nuestras expectativas, ni viceversa, pero conectar y compartir, eso es otra cosa totalmente distinta.
Cuando no hay nada fuera, hay mucho dentro…
La sinceridad con nuestra persona primero, y después con los demás, es nuestra primera aportación para alcanzar la responsabilidad afectiva y unas citas de mayor calidad. Parar de tener citas una temporada, expresar a la otra persona de forma asertiva lo que podemos ofrecer o lo que estamos buscando, dar una explicación aunque sea corta de que no queremos seguir quedando (aunque solo hayamos tenido una cita) o lo contrario, que queremos salir en exclusiva… puede que no suene como lo más divertido al principio, pero seguro que mejora la relación con las personas a las que encontremos en el camino. Para que quien veas solo una vez o ciento cincuenta esté en la misma onda que tú, y conectar.
¡Por un nuevo año de citas geniales, humanas y afectivamente responsables!