Las primeras citas son emocionantes: el roce de las piernas por debajo de la mesa con alguien totalmente desconocido, la conexión por las obsesiones compartidas por Netflix, mirarse fijamente a los ojos...

Sin embargo, también pueden provocar ansiedad. Casi todos hemos experimentado el conocido y angustioso revoloteo en el estómago el día de una cita. Es totalmente normal preocuparse un poco: "¿Y si nos quedamos sin conversación?", "¿Y si tiro la bebida?", "¿Y si es terriblemente incómodo y no sé cómo irme?". Aunque las mariposas suelen ser una señal de que estamos deseando que llegue el momento, un enjambre de ellas puede quitarle la gracia a la experiencia. Entonces, ¿qué se puede hacer para aliviar los nervios de la primera cita?

1. Dile a tu cita que estás de los nervios (¡sí, de verdad!)

Una idea radical, lo sabemos. Aunque los programas de televisión y las películas de Hollywood nos hagan creer que una primera cita requiere un atuendo espectacular, un pelo perfectamente arreglado y un montón de anécdotas divertidas, eso no es realista. Somos seres humanos complejos y ocupados que sienten emociones, así que está perfectamente bien dejar que tu cita sepa cómo te sientes. Hablar con franqueza de tus nervios establece el tono de una conversación honesta y también puede ayudarte a conectar con tu cita (que, alerta de spoiler, probablemente se sienta igual).

2. Recuerda: estáis en la misma situación

Es fácil preocuparse tanto por si le vas a gustar a tu cita que canalizas toda tu energía en presentar tu mejor versión. Pero recuerda que tu cita también querrá impresionarte a ti. ¿Y quién no? Quizá una de las cosas más importantes que hay que recordar cuando se tiene una cita es que se trata de una calle de doble sentido. Las dos personas se exponen y esperan encontrar una conexión. Se necesita práctica, pero intenta abordar cada cita con la idea de que vas a gustar, lo que te dará un plus de confianza. Después, concéntrate en lo que sientes por tu cita y en si te gustaría volver a verla.

3. ¿No es un match de amor? No te preocupes

La mejor manera de aliviar los nervios de la primera cita es enfocarla como si estuvieras conociendo a una posible nueva amistad. Esto aliviará la presión de actuar de una manera determinada y te ayudará a sentirte más a gusto; además, ¡podrías conocer de verdad a una nueva pareja! Enfrentarse a la cita con una mentalidad curiosa y verla como una oportunidad para aprender cosas nuevas desplaza tu atención de lo propio hacia la experiencia. Incluso si todo sale terriblemente mal (aunque esperamos que no sea así), habrás salido con nuevos conocimientos, más práctica y, por supuesto, una historia que contar a la gente.

4. Planificar con tiempo

Aunque las citas espontáneas y por sorpresa pueden ser muy divertidas, no hay nada de malo en intervenir en el proceso de planificación si eres proclive a la ansiedad por las citas. ¿Hay algún bar de tu zona que sea como tu segunda casa? ¿Una cafetería que conoces como la palma de tu mano? Elegir un lugar que te resulte familiar puede ayudarte a calmar las mariposas y a tranquilizarte. Si tu cita no se da en tu entorno, planifica el encuentro: asegúrate de elegir una actividad o un lugar con el que disfrutéis mutuamente. Dar prioridad a la seguridad y a la diversión es la base de una buena experiencia de cita.

5. Recuerda que no tienes nada que perder

Puede sonar duro, pero recuerda que entras en la experiencia de la primera cita sin nada, y no pasa nada si también te vas sin nada. Has quedado con esa persona para conocerla mejor y ver si hay potencial para lo vuestro, pero si no lo hay, no pasa nada. Puedes divertirte en la cita y, si no te convence, no tenéis que volver a veros si no quieres. Liberarse de las expectativas y de la presión por encontrar a alguien es difícil, pero cuando lo hagas, verás que las primeras citas son mucho más divertidas.

Buena suerte, ¡ya lo tienes!