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Cuatro cosas que siempre debes llevar a una cita

Bueno, pues el día de la cita ha llegado. Te estás vistiendo, tu playlist favorita para subir el ánimo resuena en tus altavoces y tu teléfono no para de sonar por la cantidad de mensajes de apoyo que te mandan tus amigos. A lo mejor te invade la ilusión, a lo mejor sientes mariposas, a lo mejor estás buscando sin parar “qué no hacer en una cita”. Ya hace un tiempo que no hemos podido tener una cita en la vida real como es debido, y te sientes como si se te hubiese olvidado cómo hacerlo… ¡andamos todos igual! ¿Le preguntas a qué se dedica aunque ya lo hayas visto en su perfil de LinkedIn? (así de tapadillo, por supuesto). ¿Deberías empezar con tu anécdota más graciosa o ir con algo de misterio? ¿Puedes silenciar y “dejar la reunión” si todo va mal?

Los nervios de la primera cita son perfectamente normales, incluso para los más experimentados en ellas, pero prepararte un poco mentalmente puede ayudarte. Hemos creado una lista de cosas que llevar a todas las citas, y no nos referimos solo a llaves, cartera, teléfono. Sigue leyendo para descubrir nuestros consejos un poquito diferentes en cuanto a primeras citas.

1. ¡Tu entorno!

    Sea tu entorno tú y tu gato, tú y tus hijos, tú y tu comunidad, ¡llévalos contigo! No queremos decir que los lleves físicamente, claro, (aunque, haz como veas) sino que te sientas a gusto mostrándole a tu cita cómo es la realidad de tu vida. Todos tenemos distintas prioridades y responsabilidades, y hablar con sinceridad sobre las tuyas desde el minuto uno alivia la presión. La reacción de tu cita a las cosas importantes de tu vida también te da la oportunidad de averiguar si sois compatibles. Hazle saber si no puedes tener citas si te avisa con poco tiempo de antelación porque necesitas encontrar a alguien que se ocupe de tus hijos, que trabajas a turnos o muchas horas. Las personas que sean apropiadas para ti lo entenderán y estarán dispuestas a pensar contigo cómo adaptarse a las cosas importantes.

    2. Tu risa nerviosa (sí, en serio…)

      Ver también: silencios ligeramente incómodos, que se te trabe la lengua, tropezar con tus propios pies. En general, solemos cargarnos con un montón de presión horrorosa por ser perfectos y carismáticos cuando conocemos gente nueva, especialmente cuando estamos en una cita. Pero nadie es perfecto, no siempre sabemos qué decir y de vez en cuando todos nos tiramos un poco de bebida por encima sin querer. Incluso Beyoncé tiene días malos. Entonces, ¿por qué no sentirnos algo más liberados? Al no mantener un estándar demasiado alto, es mucho más probable que te relajes y estés realmente presente en tu cita, en lugar de preguntarte si se notó que te golpeaste la rodilla con la pata de la mesa mientras te sentabas. Además, tu cita probablemente se sentirá más cómoda gracias a tu autenticidad, y es que quiere pasar tiempo contigo, no con un robot.

      3. Tu última obsesión

      Piensa sobre lo que es más memorable: cuando la persona con la que tienes la cita habla sobre su trabajo, la zona en la que vive, los hermanos que tiene… o cuando sus ojos se iluminan cual luceros al contarte algo que le encanta. Lo más probable es que sea lo último: la emoción y la energía son contagiosas. Hablar de algo que te importa (ya sea el guión que estás escribiendo, el arte que haces, los coches que te encanta arreglar) le da a tu cita una idea de lo que va contigo. Aunque no es imprescindible que tú y tu cita tengáis los mismos intereses (dicen que los polos opuestos se atraen), es importante encontrar a alguien que celebre tus pasiones y logros contigo. Por otro lado, saber los intereses de tu cita te sirve para entender cómo es, y te ayudará a guiar la conversación si no sabes por dónde tirar. ¿Le encanta un grupo en particular? ¿Por qué? ¿Cuándo lo descubrió? Da igual lo raras o maravillosas que sean, las cosas que te apasionan son importantes: te hacen ser como eres.

      4. Tu propia piel

      La confianza en uno mismo es algo que lleva tiempo desarrollar y no es raro tener bajones y días en los que no te sientas muy allá. Pero cuando vas a una cita, sea virtual o en persona, quieres sentirte en tu mejor momento. En vez de presionarte para estar como un pincel y dar la imagen perfecta, céntrate en lo que te hace sentir bien. Coge el par de vaqueros que hacen que tu culo luzca de forma espectacular, échate ese perfume que te encanta, péinate o maquíllate como más te gusta a TI. Cuando te centras en sentirte bien en vez de en impresionar a alguien, al momento pareces tener más confianza, y la confianza atrae. Todos tenemos cosillas que nos hacen sentir inseguridad, pero no dejes que te impidan pasar un buen rato. Lleva todo tu ser contigo: tus marcas, tus cicatrices, tu teñido casero de aquella manera… no necesitas una transformación para estar a tono para tu cita.



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