Escrito por Almaz Ohene
Para muchas personas, negociar un sexo mutuamente placentero no siempre es fácil. Pero con la práctica, expresar claramente nuestros deseos y límites se convierte en una parte más de la experiencia. Aunque puede resultar incómodo verbalizar tus líneas rojas, en realidad es algo que te da mucho poder y te lleva a tener mejores relaciones sexuales, más comunicativas y consensuadas.
Sexo consentido
Para empezar vamos a definirlo. “Sexo consentido” significa:
- Sin coacción: violencia, amenaza, presión, insistencia (preguntar numerosas veces hasta que la otra persona diga "sí").
- Que ninguna de las personas implicadas está en estado de embriaguez.
- Que nadie es menor de edad.
- Que cada persona involucrada da indicaciones verbales (habladas) y señales no verbales (lenguaje corporal) de que quiere tener sexo.
El consentimiento sexual debe ser:
- Mutuo: tu(s) pareja(s) también desea(n) tener relaciones sexuales o participar en actividades sexuales contigo.
- Voluntario: has decidido tener relaciones sexuales o participar en una actividad sexual sin presiones externas, expectativas o culpabilidad. Entiendes lo que está pasando y no sufres incapacidad para tomar decisiones por culpa del alcohol u otras drogas.
- Informado: entiendes los términos y los límites de tener relaciones sexuales o participar en una actividad sexual. Si en algún momento cambian los términos de la situación (si, por ejemplo, tu pareja se quita el preservativo durante las relaciones sexuales sin decírtelo), tu consentimiento original pierde validez.
- Continuo: no existe el consentimiento general, incluso si has tenido relaciones sexuales o has participado en actividades sexuales con una pareja, antes. Decir que sí a una actividad sexual en una ocasión no significa que aceptes volver a hacerlo en el futuro, o que consientas otras actividades sexuales.
Recuerda, el consentimiento es necesario cada vez para cada actividad específica en toda la gama de actividades íntimas, incluyendo, pero no limitándose al: sexting, sexo telefónico, besos, tocamientos, sexo oral y sexo con penetración.
Algunas personas se sienten bien al hablar de sexo antes de hacerlo, pero otras puede que no se sientan capacitadas. Tal vez crean que no tienen derecho a pedir lo que desean del sexo, especialmente si la otra persona o personas dentro de la dinámica sexual tienen más poder social que ellas. Los desequilibrios en las dinámicas de poder en las situaciones sexuales pueden hacer que la persona en inferioridad de condiciones sienta que tiene que aceptar el sexo aunque no quiera hacerlo.
También es posible que una persona comience una experiencia sexual estando muy dispuesta a un determinado aspecto de la misma, pero que luego deje de estarlo mientras se desarrolla. Esto también está bien y debe respetarse absolutamente.
Todos estos puntos son razones por las que es súper importante asegurarse de que cualquier tipo de acto sexual en el que te involucres sea consentido mientras lo estás haciendo y no después de que haya sucedido.
Formas de dar consentimiento
La forma más clara de dar el consentimiento es directa y verbalmente. Esto significa decir directamente "sí" en voz alta. O también puedes utilizar frases afirmativas en voz alta como:
"Quiero..."
"Quiero probar..."
"¿Quieres hacer…?", etc.
Escuchar un comentario afirmativo puede ser un gran estímulo tanto para ti como para tu pareja. Mucha gente encuentra que expresiones como:
"Eso me gusta"
"¡Sigue!" funcionan como aliciente.
En los escenarios sexuales, también puedes dar tu consentimiento de forma no verbal, como asintiendo con la cabeza o acercando a tu(s) pareja(s) cuando quieras que siga(n) haciendo lo que está(n) haciendo. Sin embargo, las señales no verbales pueden ser malinterpretadas o ignoradas, por lo que siempre es bueno expresar con palabras además de con señales aquello que se quiere o no se quiere hacer.
Decir "no" o retirar el consentimiento
No se nos enseña realmente a decir "no" en una situación sexual, ni a recibir un "no" por respuesta. Las mujeres, especialmente, están condicionadas socialmente a decir un "no sutil", por ejemplo, "¿Podemos relajarnos un poco?", en lugar de un "no contundente", por ejemplo, "Para".
Por eso, es muy importante practicar para decir "no" o "basta" con confianza. Frases como "no quiero", "tengo que pensarlo" o "¿podemos hablarlo más tarde?" también transmiten tu "no". Asimismo, puedes expresar tu negativa utilizando frases como:
"Esto no me gusta"
"¿Puedes probar mejor con esto?"
"Eso no me va"
"Prefiero..."
Señales no verbales y consentimiento
Los patrones de respiración de las personas pueden cambiar durante el sexo. La respiración puede acelerarse por la excitación, pero también puede darse por nerviosismo o pánico. Si reúnes otros elementos del contexto de la situación, como el lenguaje corporal de tu pareja y las cosas que ha dicho antes del cambio de respiración, podrás saber si se debe a la excitación o al nerviosismo. La respiración de las personas también puede ralentizarse durante el sexo. Esto puede significar relajación o aburrimiento. Una vez más, contextualizar sus cambios en la respiración junto con sus señales no verbales y lo que se ha dicho previamente te ayudará a interpretar cómo se siente la otra persona sobre lo que está sucediendo.
El contacto visual también puede decir mucho sobre el grado de interés de la persona en la experiencia sexual. Mucho contacto visual directo suele significar "esto está genial", pero si alguien tiene que esforzarse para mirar a los ojos de la persona o personas con las que está realizando el acto sexual, es posible que no le esté gustando tanto.
Si alguien está completamente en silencio y tampoco da ninguna pista no verbal, no se trata de un consentimiento, ya que la comunicación no es clara en absoluto.
Aunque parezca algo muy básico, a menudo se pasa por alto el hecho de verbalizar intencionadamente los deseos y los límites durante las actividades de búsqueda de placer, por lo que muchas personas pueden sentirse incómodas al hacerlo en el momento.
Para eliminar toda la incomodidad de una vez por todas, practica decir: "Mmm, cómo me gusta", en voz alta. Hazlo ahora. Y hazlo a menudo.
Conviene recordar que cada persona es diferente y responde a las experiencias sexuales a su manera. Pero si prestas atención a la forma en que tu(s) pareja(s) actúa(n) y responde(n) durante las relaciones sexuales, no sólo conseguirás que tus experiencias sean consensuadas, sino que, en general, serán más satisfactorias y empoderadas.