Hablar con tu nueva pareja sobre tus problemas de salud mental puede resultarte complicado. Mientras que las conversaciones sobre salud mental y enfermedades mentales son cada vez más comunes (menos mal), puede ser un tema difícil de sacar cuando estás empezando a conocer a alguien. Pero si sufres un problema de salud mental, mereces que tu pareja te apoye, especialmente cuando lo estás pasando mal por ello. Tanto si es ansiedad como depresión, trastorno bipolar o algún otro problema de salud mental, tenemos algunos consejos sobre cómo contárselo a tu nueva pareja y cómo hacer para que te provoque el menor estrés posible.
¿Te sientes preparado?
Para las personas con una enfermedad mental, es generalmente una buena idea hablar de tu condición con la persona con la que sales. Después de todo, esperas que acabe formando parte de tu vida. Lo principal es hacerlo cuando sientas que es el momento adecuado para ti, cuando sientas que entiendes bien tu condición, sepas los aspectos con lo que necesitas ayuda y las expectativas que tienes de tu pareja. Los problemas de salud mental pueden abrir la puerta a la mala comunicación en las relaciones: cuando una persona actúa de una cierta manera y la otra la interpreta de una forma completamente equivocada. Por ejemplo, si alguien con depresión necesita tiempo para relajarse y estar a solas, su pareja puede pensar que está siendo frío a propósito. Hablarlo y explicarlo es útil, pero recuerda que no está establecido cuándo es el momento “perfecto” para hablar con tu pareja de una enfermedad mental. Es completamente decisión tuya.
¿Estás en un lugar en el que te sientas a gusto?
El hecho de hablar con tu pareja mientras estáis haciendo otras actividades puede ayudar a tratar temas sensibles. Puedes considerar tener una conversación mientras haces algo relajante, como pasear o preparar la cena, para que no sea tan intenso. Relate, una asociación benéfica de ayuda a las relaciones, explica que “puedes hablar sobre los problemas de salud mental del mismo modo que tendrías cualquier otra conversación en tu relación: encontrando el momento y lugar apropiados y teniendo una charla tranquila y sin confrontaciones.”
¿Qué quieres decir?
Si estás en un momento de tu relación en el que crees que sería beneficioso contarle a tu pareja lo que te sucede, planear lo que le vas a decir puede ser de gran ayuda. Puedes hacerlo mentalmente o en un papel. Hazlo de forma sencilla. Podrías explicar de forma calmada lo que sabes de tu condición y cómo crees que podría afectar a tu relación de vez en cuando. Kate Mansfield, coach en dating y relaciones, sugiere: “Asegúrate de explicarle a tu pareja que no tiene nada que ver con ella. Sé realista y honesto sobre tu situación. A menudo, hablarlo puede crear una intimidad y una conexión más profunda si se trata de forma apropiada y con sensibilidad.”
¿Con qué necesitas ayuda?
Una vez que has explicado los puntos anteriores, es tu oportunidad para especificar el tipo de ayuda que necesitas de tu pareja. Por ejemplo, podrías decir: “A veces necesito espacio, no tiene nada que ver contigo y no es un reflejo de cómo me siento en nuestra relación.” Si prefieres que no te digan cómo manejar tu condición, podrías decir algo como: “Cuando me siento así, lo que realmente me ayuda es que me escuchen. No necesito escuchar soluciones, simplemente hablar con alguien es suficiente.” Expresar tus necesidades y tranquilizar a tu pareja al mismo tiempo, realmente puede ayudar a suavizar los malentendidos. Kate aconseja decir lo que necesitas "con cuidado y amor, asegurándote de mantener la comunicación directa y clara".
¡Sigue cuidándote!
Kate explica: “Nadie puede rescatar a otra persona, y es muy importante mantener sana tu relación estando ahí para tu pareja, pero también mirando primero por ti. A menudo nos sentimos culpables y confusos, ambas partes, pero no tiene que ser así. Todas las partes deberían aportar compasión y aceptación de la situación.” Continúa haciendo las cosas que sepas que te ayudan con tu condición, sea tomando medicación regularmente, yendo a terapia, descansando lo suficiente o simplemente preocupándote por ti. Kate continúa: “Al igual que la persona enferma, intenta encontrar ayuda fuera de la relación y espera esto también por parte de tu pareja, de otro modo, podría crear tensión en la conexión.” Hablar frecuentemente con otras personas presentes en tu vida sobre tu bienestar, como amigos y familia, ayuda a descargar presión.
Si eres pareja de alguien que sufre una enfermedad mental, hay algunas cosas útiles que puedes hacer por ella y por ti mismo. Investiga sobre su enfermedad, pregunta si no le importaría enseñarte algo más contándole tus dudas de forma amable, muestra comprensión y no te olvides de atender tus propias necesidades también.
Mientras que las enfermedades mentales nos afectan a muchos de nosotros y pueden tener un gran impacto en la vida diaria, es importante recordar que es solo una parte de ti. Eres mucho más que un diagnóstico, desde el modo en que bailas a tus películas favoritas, desde la música que escuchas a los temas que te apasionan y el modo en que cuidas de tus seres queridos. Una enfermedad mental no te define, y las personas con problemas de salud mental pueden ser parejas fantásticas, cariñosas y divertidas.
Todos lidiaremos con nuestra salud mental de una forma o de otra, y la experiencia de cada persona es tan única como la persona en sí misma. Sé comprensivo contigo mismo y con tu pareja y buscad la ayuda necesaria si es el caso.
La línea de ayuda de salud mental con sede en el Reino Unido, Calm, recopila un listado de organizaciones benéficas de salud mental en todo el mundo. Consulta su sitio web para obtener información sobre dónde encontrar ayuda en tu zona.