Etapas de la vida financiera en pareja

Escrito por Alice Tapper

Por lo general, cuando la relación se encuentra en su punto álgido (ya tenéis un gato o incluso un piso en común), el tema del dinero cobra importancia. Irremediablemente ocurre algo que puede alterar tu vida, desde la inoportuna rotura del lavavajillas hasta la pérdida del trabajo de tu pareja. Es entonces cuando el asuntillo del dinero hace su gran aparición en la relación, saca a relucir todo el bagaje en materia de economía que casi habías olvidado y se instala en casa.

A estas alturas, ya es demasiado tarde para sacarlo por la puerta de atrás o esconderlo bajo la alfombra. Tu pareja es ahora plenamente consciente de tu deuda secreta y acabas de descubrir que ha estado financiando la educación privada de un hijo ilegítimo que ni siquiera conocías (créeme, cosas más raras se han visto). No va a desaparecer, y hay que tener algunas conversaciones importantes.

Pero no tiene por qué ser necesariamente así. Soy una gran defensora de la franqueza y la honestidad en materia financiera. Hablo de dinero con cualquiera que me escuche y creo sinceramente que mantener conversaciones financieras honestas es la solución a un buen número de problemas de la vida. Sin embargo, entiendo que no todo el mundo piensa así. Así que, ¿cómo podemos sortear la incomodidad y sacar el tema no sólo cuando tengamos que hacerlo, sino desde el principio?

Salir con alguien es un deporte totalmente diferente, así que si quieres saber más sobre eso, consulta este artículo. Pero digamos que has conocido a alguien. Incluso que te gusta bastante. Tus amigos lo saben y quizás hayas decidido no salir con nadie más. Aparte de la cuestión de quién debe pagar y organizar las citas, es probable que el dinero no haya sido un tema de conversación importante hasta ahora.

Entre los inicios y la decisión de envejecer juntos (o no...) ¿cómo se rompe el tabú del dinero? La respuesta, como siempre, está en la comunicación. Así que, para empezar, aquí tienes los asuntos y charlas de economía que merece la pena tener en cada etapa de tu relación. Por supuesto, lo que es adecuado para una pareja puede no funcionar para otra, así que haz caso a tu instinto para decidir lo que te parece correcto.


Fase 1: Los primeros días

No te ha contado casi nada sobre su vida financiera, así que en esta fase se trata de usar tu intuición. Deberías tener una idea de su estilo de ahorro/gasto y quizás una idea de sus ingresos. A menos que haya alguna señal de alarma importante (sobre la que hablaremos más adelante), en esta fase se trata de aprender, no de juzgar. Uno de los mayores errores que cometemos a la hora de evaluar la compatibilidad es pensar que ésta significa ser iguales. Las diferencias son buenas, siempre que se puedan afrontar con respeto.

También es importante estar pendiente de cualquier diferencia a la que debas prestar atención. ¿Gana mucho más o menos que tú? ¿Cómo puedes amoldarte a las diferencias y ser firme con tus propios límites económicos? Mantener charlas fluidas y que las citas sean razonablemente asequibles suele ser un buen enfoque.

Fase 2: En pareja

Ya estáis en pareja, y probablemente sea el momento de empezar a tener conversaciones explícitas sobre vuestras finanzas y objetivos vitales más generales. El dinero no se limita a los presupuestos y al ahorro, sino que atraviesa casi todos los aspectos de la vida, por lo que es importante ser consciente de los aspectos en los que no estáis en consonancia. No es necesario un plan de 5 años, pero una idea de hacia dónde se puede ir como individuos es útil para todas las partes involucradas. Si no quieres tener hijos y crees que la otra persona sí, comunícalo. ¿Quiere establecerse en un barrio residencial lo antes posible, pero tú quieres recorrer mundo en plan mochilero? ¿Podéis llegar a un acuerdo? ¿O es mejor poner fin a la relación? Esta es a menudo la etapa en la que la relación se consolida o se rompe, pero ser transparente desde el principio os puede ahorrar tiempo y disgustos en el futuro.

Fase 3: A largo plazo

Has superado la fase 2 y vuestras vidas están cada vez más interconectadas. Si aún no lo has hecho, ha llegado el momento de hablar en serio sobre tu situación económica y la de tu pareja. También es la etapa en la que muchas parejas se plantean fusionar sus gastos o abrir una cuenta conjunta. Aquí es donde es muy importante ser honestos y honestas sobre posibles deudas. Ten en cuenta que pedir un crédito conjunto puede afectar a tu valoración crediticia si alguien tiene un mal historial de crédito. También es una buena oportunidad para hablar de tu filosofía financiera. ¿Fusionaréis vuestras economías? ¿Las mantendréis separadas? ¿Quieres un acuerdo prenupcial o de pareja? ¿Cómo se manejan las diferencias en el estilo de gasto? También es un buen momento para hablar de cómo queréis " manejar el dinero " en vuestra relación. Solemos heredar ciertas creencias de nuestras familias, así que hablar de cómo se hacían las cosas en tu familia es una cuestión que toda pareja debería abordar.

Fase 4: Si vas a formar una familia

Antes de tener hijos, si es algo que quieres, hablad sobre cómo pensáis gestionar la parte económica. ¿Esperas que sea una persona la que mantenga el hogar? ¿Cuáles son tus opciones de permiso de paternidad/maternidad? ¿Quieres volver a trabajar cuanto antes? No hay una respuesta correcta o incorrecta ni una elección de estilo de vida, pero es importante comunicar lo que quieres y mantener las líneas de diálogo con tu pareja abiertas.


Unas palabras sobre el maltrato financiero

Todo lo anterior está escrito asumiendo que tienes una relación sana, pero es importante ser consciente de que el dinero puede utilizarse como una forma de abuso, normalmente para ganar poder y control. Los aspectos a los que hay que prestar atención son los siguientes:

Control económico

  • Hacer que te sientas en la obligación de pagar
  • Intentar controlar el uso o el acceso a tu dinero

Control de la trayectoria profesional

  • Presionar para que dejes tu trabajo
  • Controlar el tipo de trabajo que desempeñas
  • Sabotear tus perspectivas laborales

Control de los bienes compartidos

  • Tener un “doble rasero” en torno al dinero
  • Exigirte que rindas cuentas de todo y que pidas permiso antes de gastar
  • Amenazar con dejarte sin dinero
  • Insistir en que las compras grandes (por ejemplo, la casa) estén a su nombre

Si alguno de los puntos anteriores se cumple en tu relación, no está bien. Quizás quieras considerar la posibilidad de hablar con una organización social de apoyo en busca de ayuda y orientación, o con familiares o amistades cercanas.


Los aspectos prácticos

Ahora ya estáis hablando de dinero. Pero, ¿cómo lo gestionáis realmente como pareja? Es probable que esto evolucione a lo largo de la relación, así que comprobad periódicamente si vuestro método funciona para todas las partes. No hay un enfoque único para cada caso, pero, en general, hay cuatro opciones entre las que elegir:

  • Divisionistas - Mantened todo separado y cread reglas propias para pagar los gastos comunes. Ya sea dividiéndolos al 50 % o en proporción a lo que se gane en relación con la otra persona.
  • Compartientes - Reunid recursos y abrid una cuenta compartida desde la que pagar todos los gastos. Aseguraos de que estáis de acuerdo en lo que se considera un capricho o una necesidad.
  • El híbrido - En lugar de ir a por todas, cread una cuenta compartida en la que cada cual aporte una cantidad al mes. Esta cantidad se utiliza para pagar los gastos compartidos, como las facturas, las cenas conjuntas y el alquiler. Tú decides qué se comparte y qué no.
  • La asignación - Si una de las partes no gana nada o gana menos que la otra, la persona que más gana puede transferir una cantidad determinada a la cuenta de su pareja. Lo que cubra la asignación depende de ti, pero es importante que ambas partes estén contentas con el acuerdo y que el dinero no se vea como un "favor" de uno a otro.

Sé que todo esto puede resultar abrumador. Si has estado sin pareja durante un tiempo, la idea de tener que pensar en tu dinero en relación con otra persona puede parecerte extraña. Recuerda que esto es un proceso. Muévete a un ritmo que resulte cómodo para las dos partes y, si te decides por algún tipo de acuerdo compartido, no es necesario que lo hagas todo de la noche a la mañana. Prueba a abrir una cuenta compartida y a aportar una pequeña cantidad cada mes. Si todo va bien y estáis felices con el resultado, podéis empezar a aumentar vuestras aportaciones. Buena suerte.

Alice Tapper es la fundadora de Go Fund Yourself, una plataforma y comunidad online que hace que las finanzas personales sean accesibles. Ha escrito un libro sobre la gestión de sus finanzas y tiene un interés especial en la intersección de las relaciones y el dinero.