Escrito por Nick Levine
No siempre se reconoce, pero las citas implican valentía. Cada vez que quedas con alguien con quien has estado chateando por una app para ligar, te mentalizas para una posible decepción. Si no congeniáis en la vida real, todo el tiempo dedicado a hablar para conoceros puede parecer una gran pérdida de tiempo. Y lo que es peor: acabas de invitar a un relativo desconocido a emitir un juicio bastante inmediato sobre ti como persona. Es algo despiadado y puede acabar con tu confianza cuando la cosa no funciona. Una cita espantosa se aferra a ti como la congestión de un resfriado.
Todavía recuerdo con cruda nitidez la peor cita de mi vida. Él se parecía a sus fotos y resultaba bastante agradable, al principio, pero a los pocos minutos quedó muy claro que no nos gustábamos. Sin embargo, el contrato social de las citas exige alargar la conversación educadamente durante una o dos copas, así que intentamos hacerlo. Por desgracia, pronto se hizo evidente que teníamos opiniones políticas muy alejadas, que no compartíamos el mismo sentido del humor y que chocábamos frontalmente sobre mi trabajo. Me encanta ser periodista y creo que es un oficio que aporta cierto valor a la sociedad. Él, básicamente, insinuaba que todo sobre ese mundo le parecía muy turbio. Una y otra vez.
Por lo general, evito la confrontación como si de un pasajero de autobús sin mascarilla se tratara, pero esa noche en particular, me sentía un poco revoltoso. Así que le contesté apuntando que su trabajo en un reality show muy popular pero ligeramente cuestionable tampoco era moralmente intachable. Esto no fue bien recibido. La cita terminó con mi bebida a medias y diciendo: "Creo que hemos terminado". Fue realmente insoportable y como más tarde descubrí, tenemos amigos en común por lo que todavía hoy coincido con este tipo una o dos veces al año. ¡Alegría!
De todos modos, aunque este lamentable episodio todavía me hace sentir mal, conseguí sacudirme el polvo y volver a la carga. Aquí hay cinco cosas que he comprobado que son útiles cuando se trata de superar una cita nefasta.
1. Deja de seguir a esa persona de inmediato
O si esto te parece demasiado cruel, silenciarla es otra opción válida. En cualquier caso, no hay necesidad de desayunarte con su último selfie en el gimnasio dentro de unos días.
2. Haz un control de riesgos, a su debido tiempo
Esto no significa reproducir mentalmente cada momento desagradable, lo cual para nada es recomendable. Significa que hay que centrarse en lo que salió mal. ¿Podrías haber orientado la conversación en una dirección más segura (de la política a la música pop, por ejemplo) para relajar un poco el ambiente? ¿Dijo tu cita algo que supusiera una clara señal de alarma y, en ese caso, deberías haber abandonado antes? ¿Y acordasteis quedar en persona demasiado pronto? Según mi experiencia, la mayoría de las malas citas ocurren cuando te arriesgas con alguien con quien no llevas mucho tiempo charlando. A veces este enfoque audaz da sus frutos con una cita sorprendentemente maravillosa, pero cuando no es así y el encuentro es incómodo, puede que salgas con ganas de arrancarte la piel a tiras.
3. Reflexiona sobre tus pilares para una cita
He dicho al principio que las citas requieren valentía, pero en realidad requieren mucho más. Se necesita energía y pulido social para mostrarse de forma que no resulte demasiado excesiva, a la vez de demostrar un interés genuino en alguien que no conoces. Y encima, conseguir ser una compañía divertida y encantadora, es muy difícil. A lo largo de los años he aprendido que si siento cansancio, estrés o tengo la cabeza en alguna otra preocupación, probablemente no debería tener una cita esa noche. Este fue quizá mi mayor fallo con el chico contestón de la tele: sí, fue grosero, pero si yo hubiera estado de mejor humor, podría haber calmado esa tensión. Nunca puedes garantizar que tu cita se comporte como es debido, pero sí puedes asegurarte de que te sientes bien y has descansado lo suficiente como para ofrecer lo mejor de ti. Si tienes un día infernal, seguramente es mejor posponerlo que ir y pasar un mal rato.
4. Prepárate algunas preguntas infalibles para salir de la "zona crítica"
Después de una cita nefasta, es reconfortante saber que estás en condiciones de afrontar otro encuentro insufrible en el futuro. La mejor manera de neutralizar un episodio tenso o incómodo es con una pregunta positiva y libre de polémica. No preguntes si ya ha reservado sus vacaciones, porque no eres su peluquero. Pero sí pregunta a qué serie se ha enganchado últimamente, porque a todo el mundo le gusta compartir sus opiniones sobre Succession o The White Lotus. El top 5 de tus preguntas para la "zona crítica" siempre llevarán la conversación hacia una dirección pacífica. ¿Cuál es tu restaurante favorito? ¿Cómo te gusta pasar tus días libres? ¿Quién o qué es tu principal fuente de inspiración? Es una táctica manida, pero funciona.
5. Por último, mantén la perspectiva
Recuerda siempre que una cita terrible no es realmente un reflejo de ti. Ningún ser humano puede establecer una conexión significativa con cada persona que conoce, especialmente cuando sobre la situación se cierne una nube de presión de "romance" y "química". En cierto modo, la mejor manera de librarse de un encuentro espantoso es tener en cuenta que el siguiente será sin duda mejor. Incluso si esa persona tampoco está demasiado interesada en tu trabajo.