Mi primera charla sexual me la dio mi abuela una mañana de verano cuando cogió un vaso de leche e insistió en que, si no usaba el condón, la leche se iba a derramar y ya la habíamos liao. Tenía dieciséis años y, pocos meses más tarde, una señora vino a mi instituto y le puso un condón a un plátano. Todo era miedo, anticoncepción, embarazos no deseados, látex por todos lados y penetración.
Tanto mi abuela como la institución oficial llegaron tarde. A esa edad había adquirido la brillante habilidad de poner el preservativo con la boca, llevaba más de dos años activa en mi vida sexual. Y es que la educación sexual que tenemos en este país es algo deficiente… y tardía. Se basa en el miedo y se anula la información. Después hacemos algunas locuras o nos encontramos con síntomas desagradables que no entendemos. Por eso, te voy a dar la información que me hubiese gustado tener a mis dieciséis. O mejor, a mis catorce.
Ponte el cinturón condón, protege tu vida
Tal vez suene muy boomer esta canción, pero fue un gran hit en 2007 que seguirá en mi cabeza hasta el fin de mis días —por desgracia—. Nos han hablado del condón hasta la saciedad, y sé que sabes que lo tienes que usar; pero en algunas ocasiones... ¡oops! ¿Dónde está ese fiel compañero? «Solo la puntita», «No lo he traído», «Por una metidita no pasará nada» y un largo etcétera. El condón es nuestro gran aliado en el sexo puesto que nos ayuda a protegernos de las ITS (infecciones de transmisión sexual). Y no, no corta el rollo, en absoluto. Puedes aprender a ponerlo con la boca (¡cuidado con los dientes!) o en una masturbación. Lleva siempre encima porque es responsabilidad de ambas personas, y recuerda, el condón se cambia por cada agujero nuevo y persona. Si vas a participar en una orgía, hazte con una buena caja.
VPH, la ITS más común
El Virus del Papiloma Humano es una de las ITS más comunes que existen. De hecho, algunos estudios recogen que el 80% de la población mundial lo pasará en algún momento de su vida. Este virus puede ser de alto riesgo o bajo riesgo. En las pollas no suele presentar sintomatología, pero a veces pueden salir unas pequeñas verruguitas como una coliflor. En los coños, si no se detecta a tiempo y el cuerpo no es capaz de combatirlo, puede derivar en cáncer uterino o del cuello del cérvix. Pero, ¡calma!, que no cunda el pánico. Es importante ir a la revisión ginecológica para detectarlo a tiempo. En la gran mayoría de los casos, el VPH es eliminado por el cuerpo sin esfuerzo. No hay tratamiento específico salvo para las verrugas. Ten presente que se puede contraer haciendo petting —frotar los genitales sin penetración— y existe un 30% de posibilidades incluso usando el preservativo.
Dolor al orinar, flujo extraño… ¿qué me pasa?
Algunas infecciones son indetectables a simple vista pero cursan una sintomatología muy clara. Por ejemplo, la clamidia suele provocar dolor al orinar, un flujo vaginal anormal o una secreción en el pene, además de inflamación de la zona genital. Se detecta con un examen de orina y es necesario tratamiento médico para combatirla. Lo mismo sucede con la gonorrea, aunque en este caso, se añade una secreción verdosa o amarillenta y, en ocasiones, un cuadro febril. Ambas afecciones han aumentado más de un 400% en España, según diversos estudios.
Nos ponemos serios
Presidiendo la escala de gravedad, encontramos el VIH y la sífilis, dos infecciones que pueden causar graves enfermedades si no se detectan a tiempo. Son un poco puñeteras porque no suelen producir sintomatología en sus primeras fases. En el caso de la sífilis, aparecen llagas en la boca o en los genitales. Ambas se detectan por un examen rutinario de sangre. La próxima vez que vayas a tu médico, pídele que te haga pruebas de ITS.
Cuidar de tu salud sexual es sexy
Según un reciente estudio en España, el 87% de los entrevistados afirmó que ser honestos sobre la salud sexual mejora la relación a largo plazo; y el 74% estuvo de acuerdo en que aumenta el atractivo de esa persona. Pero, ¿cómo podemos ser sinceros si no tenemos ni idea de nuestra salud sexual? Muy sencillo: test, test, y más test. Existen puntos donde hacen analíticas totalmente gratuitas. Esto te lo recomiendo encarecidamente, sobre todo si mantienes con asiduidad relaciones sexuales —o si has tenido alguna sin condón—.
En resumen, si quieres ser un buen amante o empotrador/a de manual, ponte preservativo y pasa un examen rutinario de forma anual. Así podrás joder a gusto... sin joderla.